Un contrato de renting y un contrato de leasing son dos formas diferentes de disfrutar de un determinado bien a cambio del abono de una contraprestación económica.
En un contrato de leasing, o arrendamiento financiero, la compañía de leasing cede el uso de un vehículo a la persona que lo contrata a cambio del pago de una cuota mensual, durante un tiempo determinado. Finalizado este tiempo, la persona (o arrendatario) tiene la opción de adquirir el vehículo en propiedad o devolverlo. Es precisamente por esta opción a compra por lo que este tipo de contratos se considera una forma de crédito o préstamo, por lo que para contratar un leasing de vehículos es necesario cumplir con determinados requisitos financieros y el contrato debe ser aprobado por una entidad bancaria.
Por el contrario, en un contrato de renting, la compañía cede el uso de un vehículo a la persona que lo contrata por un tiempo limitado, a cambio del pago de una cuota mensual, pero al finalizar el contrato, el usuario devuelve el coche a la compañía. Se trata de una forma de alquiler donde en el contrato, además del uso del vehículo, se incluyen todos los gastos relacionados con el coche como el seguro, los impuestos o los mantenimientos. De este modo, el contrato de renting puede considerarse un contrato “con todo incluido” que se firma entre la persona o entidad que lo quiere contratar y la empresa de renting, sin que tenga que intervenir ninguna entidad bancaria.
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Mientras que para firmar un contrato de renting de vehículos solo se debe cumplir con las condiciones que especifique cada compañía, que suelen establecer una edad mínima o un número determinado de años de carné de conducir; en cambio, firmar un contrato de leasing de coches puede ser algo más complicado, especialmente si hablamos de particulares o de autónomos con pocos años de actividad.
Y es que, como hemos dicho, el leasing se considera un tipo de préstamo o crédito, una fórmula de financiación a la que se opta para adquirir un vehículo sin tener que pagar la entrada, y como cualquier tipo de financiación, debemos cumplir con determinados requisitos para que nos la concedan.
El primer requisito para poder firmar un contrato de leasing de vehículos es que el coche esté vinculado a una actividad económica, es decir, que vaya a tener un uso profesional ya sea para un negocio o empresa. Esto limita el acceso al leasing para los particulares.
Después, debemos demostrar nuestra solvencia, no solo para poder hacer frente al pago de la cuota mensual, sino para poder abordar la compra del vehículo cuando finalice el contrato, en caso de que así lo decidamos. Es decir, igual que el banco analiza tu situación económica o la de tu empresa antes de concederte un préstamo, una entidad bancaria estudiará tu situación antes de permitirte firmar el contrato de leasing. Y solo si eres apto te permitirá hacerlo.
Además, en los contratos de leasing, deberás abonar una cuota inicial a la que se llama cuota de entrada, para formalizar el contrato, algo que no es necesario en los contratos de renting.
No solo los requisitos que nos pueden pedir para firmar cada contrato son diferentes, sino también los términos y condiciones de los contratos de renting y los de leasing.
La primera diferencia es la duración del contrato. Mientras que los contratos de renting pueden tener una duración que vaya desde un solo mes, hasta los 60 meses, los contratos de leasing son contratos a largo plazo que van desde los 2 hasta los 6 años. Además, mientras que en el renting existen fórmulas como el renting flexible que te permiten anular el contrato cuando quieras sin tener que pagar una penalización, el leasing es un contrato cerrado en el que la duración del contrato no se puede modificar. Por eso, si necesitas cancelar un contrato de leasing antes de tiempo, serás penalizado y deberás pagar una indemnización a la compañía.
Lo que incluye cada contrato tampoco es igual: mientras que un contrato de leasing incluye solo el uso del vehículo, en un contrato de renting, además del uso del coche, están incluidos numerosos servicios y todos los gastos relacionados con el vehículo por lo que firmando un contrato de renting podrás olvidarte de tener que pagar impuestos, seguros, reparaciones o mantenimientos.
Antes de firmar cualquier contrato es necesario comprender realmente no solo lo que implica, sino los términos, condiciones y particularidades del acuerdo. Descarga ahora nuestra guía gratuita “Renting vs Leasing ¿qué opción es mejor?” y podrás tomar la mejor decisión para tu movilidad.